lunes, 11 de enero de 2010

¿Qué ojo?

Cuando hablamos de simetría parece que nos inunda un miedo ancestral, inexplicable por momentos,
pero innegable también. William Blake me enseñó en su poema parte de ese misterio, ésta es la primera ó la última estrofa de ese poema:

TIGER, tiger, burning bright
In the forests of the night,
What immortal hand or eye
Could frame thy fearful symmetry?


la simetría que Blake señala como aterradora, la torna hipertélica con su adjetivo, así redunda e inunda doblemente su capacidad, aterradora, la palabra debe expandirse sobre su propio significado, aterrador-simétrico simétrico-aterrador, se repite como el círculo que no comienza ni termina, solo gira. Esa simetría no perfecta, humana-divina, esa simetría que nos detiene, que nos vincula, que nos recuerda que podemos ser divinos, o que dejamos de serlo, y que tenemos la capacidad de percibir la belleza absoluta, pero no el corazón para soportarla.
Una vez, hace algunos años ya, estuve en una jaula con una tigresa de bengala, recuerdo me acerque con miedo, con miedo natural, miedo al peligro de su potencia, su fiereza. El cuidador me indicó con un movimiento suave de su mano que lo siguiese, para que luego me arrodilláse detrás de él, a espaldas de la tigresa, que impávida nos ignoraba, mientras retozaba indolente. Me agache con devoción, con temor bíblico, frente a mi trozo de Johová latiente, todo, para poder tocarla, tocar para creer, y poder apoyar mi mano sobre su lomo naranja surcado de franjas negras; de pronto casi como una epifanía, vi en el dibujo de su cuerpo, la "simetría" que Blake comentaba, frente a mi...esa simetría, aterradora, viva. Desde ese instante mi miedo fue otro, menos terrenal quizá, un miedo virgen, algo parecido al infinito, el infinito de Kantor o el silencio que le produjo a Aldrin el espacio vasto, miedo de esa mirada tan profunda en la que uno queda detenido, para mugir mudamente un dolor de "no ser", sabiendo que no es un sueño, ni tampoco la caída de Alicia en el agujero del conejo.

Algunas simetrías ilustrativas, las hay obvias y no tanto:


Las hermanas Legrand



Las gemelas de Arbus

Las gemelas de Arbus luego de pasar por la cabeza de Kubrick.